domingo, 28 de octubre de 2007

Viene más FEA! (Ugly Betty)

Ugly Betty o el sinónimo de lo que fue Betty la fea es la serie que está rompiendo records en Estados Unidos. a continuación la nota desde la revista estampas....

Bonita es, pero, sobre todo, sabe husmearel éxito. Su sangre y corazón latinos, además de su intuición, pudieron haberinfluido también. Lo cierto esque Salma Hayek la ha pegado de jonrón. A su Ugly Betty no lepodría estar yendo mejor.Haber apostado a que la reinvención de una telenovela nacida en Colombia se convirtiera en un suceso nacional en Estados Unidos,ya era toda una proeza, pero haber ganadola apuesta…¡Ya eso es demasiado!Y así fue: Ugly Betty, la versión hollywoodense de Yo soy Betty, la fea (escrita por Fernando Gaitán, el mismo de Café con aroma de mujer), que en formato de comedia semanal produce la también actriz Salma Hayek, ha terminado tumbando cualquier pronóstico agorero, erigiéndose entre las más aplaudidas -y ciertamente premiadas- series de televisión estadounidenses, luego de que esta mexicana hiciera todo por convencer a los magnates de la cadena ABC para que creyeran en su proyecto.
Ya habiendo superado una primera temporada -en noviembre al aire en Venezuelaa través del canal por suscripción Sony Entertainment Television bajo el lema "En inglés es más fea"- no existe actriz, actor, modelo o socialité de la meca del cine y sus alrededores que no sueñe con aparecer, así sea por cinco segundos,en alguno de sus capítulos. Y parece haber suficientes razones para ello:Ugly Betty, en esa primera etapa que arrancó en las pantallas de Estados Unidos en septiembre de 2006 y culminó en mayo de este año, obtuvo un promedio de audiencia de 12,7 millones de televidentes por semana; ocurriendo también que en su primer episodio mantuvo pegadas al televisor las narices de 16,1 millones de personas anonadadas por lo que estaban viendo. Pues... ¿Cómo es que una joven, que de bonita tiene muy poco o nada, con el peor gusto para vestirse, y hasta medio torpeal caminar, que se tropieza con cuanta puerta de vidrio se le atraviesa… podía captar la atención de tal manera que hasta en personaje principal de una serie del horario estelar se convirtió?Bueno, no es mentira que para ese momento ya la obra de Fernando Gaitán se había erigido en todo un suceso internacional -contando además con numerosas adaptaciones alrededor del planeta- por tratarse de una verdadera innovación entre los culebrones a los que están acostumbrados los latinoamericanos: en los que el galán es galán, y la protagonista, aunque le sobren pelos de tonta, ¡bonita, por lo menos, es!... Pero, de allí a pensar que Ugly Betty enamoraría a un público tan variopinto como el gringo, el asunto es muy distinto.

Seducción a primera vista
Lo cierto es que, hace justo un año, cuando apenas arrancaba este programa en la televisión estadounidense, tres de sus responsables -Hayek en su rol de productora ejecutiva, acompañada por sus socios, José Tamez (The Maldonado Miracle) y Silvio Horta (responsablede Urban Legends y creador de esta adaptación de la telenovela colombiana)- se veían muy cómodos sentados frente a una legión de periodistas de diferentes partesdel mundo, quienes en su mayoría preguntaban muy curiosos sobre los intríngulis de la serie. La comodidad de los productores les venía, al menos por parte de Salma, de saber que gracias a tanto insistir -lo había intentado por primera vez en 2004-, en esta oportunidad su proyecto sí había calado entre quienesmanejan el negocio del espectáculo en Hollywood. Sin mencionar que los resultados ya se estaban viendo y se traducían en los altos niveles de rating de losprimeros episodios de la serie, transmitidos paraentonces solamente a nivel nacional.

Más tarde fueron llegando la internacionalización (alrededor de 130 países han comprado el programa) y los premios, entre los que se cuentan un Golden Globe como Mejor Actriz de Comedia para su protagonista, la joven de raíces hondureñas América Ferrera (Real Women Have Curves, The Sisterhood of the Traveling Pants); y otro como Mejor Serie de Comedia. Además de tres honrosos premios Emmy (de 11 nominaciones que les hicieran), el primero de ellos obtenido nuevamente por Ferrera y los otros dos en las categorías de Mejor Dirección (por el programa piloto) y Mejor Casting. Sin olvidar el rosario de importantes reconocimientos como el ALMA, Directors Guild of America, Screen Actors Guild, Writers Guildof America y People's Choice Awards, entreotros. Aunque para el momento en el que hablaban con los periodistas en Los Ángeles, en octubrede 2006, apenas sospecharían que el éxitopronto les tocaría a las puertas, los productoresde Ugly Betty se dedicaron a explicar cómoes que esta serie rompe de cuajo con los cánones de la televisión estadounidense... y, quizás, de cualquier otra.

En el caso de Salma Hayek, confesaría quese había visto completamente seducida por la historia de Gaitán. "Yo fui una gran fan de Betty,la fea, pues era muy distinta a las demás telenovelas. Era graciosa, muy por encima de lasdemás de su género… Yo siempre amaré el cuentodel pez fuera del agua".Y es que de eso se trata. Para quienes nunca la hayan visto, habrá que acotar, pues, que esa es la esencia de Yo soy Betty, la fea, así como -exceptuando uno que otro cambio de contexto y personajes- de todas aquellas propuestas que surgieron como sus versiones:Beatriz Pinzón Solano, una mujer profesionalmente preparada pero, en principio, nada agraciada físicamente, logra entrar a trabajar en una prestigiosa casa de diseño de ropa en Bogotá (que en el caso de Ugly Betty será más bien Mode, la "Biblia" de las revistas sobre el fashion asentada en Nueva York), donde termina enamorándose del jefe (él, sí, bastante guapo y mujeriego, hay que admitirlo, aunque no tan capacitado como para manejar el negocio de la familia), rol que en la versión estadounidense es interpretado por Eric Mabius (Resident Evil, The O.C.) con el nombre de Daniel Meade.Como añadidura, no faltarán otros muchos bellos -¿qué bellos?, ¡bellísimos!- dispuestos a fastidiarle la paciencia a la pintoresca Betty (que en el caso de Ugly…, se apellida Suárez), como, por ejemplo, la muy maluca Wilhelmina Slater (Vanessa Williams), negada a aceptar que no sea ella quien ocupe la máxima silla en la prestigiosa revista de moda.

Igual pero distinta

Ahora bien, entre las primeras cosas que Tamez, Horta y Hayek se encargan de aclarar, está precisamente el hecho de que, si bien en Ugly Betty la historia es básicamente la misma que la original, los personajes son otros. Cualquier parecido con los de Yo soy… es mera coincidencia, asegura Hayek. De hecho, ella cuenta cómo fue que, a pesar de pensar en un principio que su versión debía ser lo más fiel a lo escrito por Gaitán, terminó siendo convencida de lo contrario."En un primer momento creí que no debíamos traicionar a quienes habían visto la telenovela, y por eso estaba muy ansiosa con respectoa cuánto nos podíamos alejar de esa historia...Pero Silvio me dijo que no debía ser así y seapareció con algo diferente, lo cual de inmediatome atrapó por ser realmente ingenioso. Él habíacreado a su propia Betty, y pienso que fuemuy saludable". Quizás el punto más delicado a considerar fue entonces ¿cómo conseguir que esa Betty de Horta, hija de inmigrantes mexicanos, quien vive en Queens junto a su papá Ignacio (Tony Plana), su hermana Hilda (Ana Ortiz) y su sobrino Justin (Mark Indelicato), resultara un personaje creíble para el público?Y la respuesta la tuvo la propia Ferrera en ese mismo encuentro con la prensa. Despojada por un rato de los frenillos postizos, los lentes de pasta, la tremendamente fuera de lugar ropa que luce en las instalaciones de Mode en Manhattan y el peinado sin gracia, dijo cosas como ésta: "Creo que había una línea muy fina entre la Betty que se quería y el riesgo de que el personaje terminara convertido en una caricatura… Para ese momento, yo no sabía lo que quería ser representando a Betty; yo sólo sabía que debía sentirse como algo real, así que hubo que buscar esa realidad y traerla, inyectársela a un personaje que, si bien es un personaje, es el personaje de ella. Es Betty".Aunque la cosa no se queda allí. Hay mucho más en el fondo de Ugly Betty, a decir de quienes participan en esta experiencia, y lo esbozan hasta filosóficamente: "Hay una pequeña Betty en cada uno de nosotros. Todo el mundo puede llegar a sentirse como esta muchacha, todo el mundo puede llegar a sentirse como pez fuera del agua en algún momento de su vida. No importa cómo luzcas ni cuánto dinero tienes…", apunta Horta, entre otras cosas para explicar por qué la Bettymanía se ha convertido en un suceso universal.Agréguele a esto el fenómeno que, específicamente Ugly Betty, ha significado para un mercado como el estadounidense, donde podría extrañar que un producto cuyas venas están repletas de la más pura sangre de novela latina, haya terminado siendo tan bien recibido. Para eso, él también tiene una explicación: "Hace poco hablé con mi mamá, quien me dijo que estaba muy feliz de ver a través de la televisión abierta de Estados Unidos una verdadera representación de lo que es la familia latina. Yo no sé si alguno de ustedes recordará aquel show llamado ¿Qué pasa USA? (finales de los años setenta), pero, para mí, eso fue lo más cercano a lo que trata todo esto: poder mostrar los dos lados de ser latino y estadounidense".O lo que Hayek prefiere poner en sus palabras: "A nuestra audiencia latina, Ugly Betty le ha permitido disfrutar de algo que ya les pertenece, de algo que se identifica como parte de una cultura… Y en el caso de los americanos, también ha sido perfecta, pues aquí, entre otras cosas, se hace un poco de crítica a la obsesión por la imagen. Un asunto que, en este país, realmente se padece más que en cualquier otro".

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