domingo, 9 de diciembre de 2007

Un momento de Tortura

Acto I - Silencio Artificial
Cuan impaciente se pone una persona al no poder dormir, ya a las dos de la mañana empieza a sentir un impulso por enfurecerse, pudiendo pelear sólo con la cobija y las almohadas, en la radio pasan la misma canción que hace diez minutos, en fin, es increíble cuan fastidioso puede resultar eso.

Es cuando esa persona decide apagar todo y tratar de dejarse llevar por el sueño, pero ese sueño no lo encuentra jamás, allí sólo encuentra un silencio que ensordece, aderezado por unos pocos sonidos artificiales que aturden.

Sólo le queda encerrarse en su mente, junto a sus pensamientos, los cuales después de mezclarlos y meditar en ellos, nos hacen sacar una conclusión más acertada que alguna otra sacada en el día, el cual está lleno de alegrías, sustos y desiluciones.
Acto II-Lluvia
A mi personalmente no me gusta la lluvia, la única forma que ella sea una forma de mi disfrute es que yo esté durmiendo y ya esté bien adentrada la noche.

El que el día esté oscuro ya es motivo para no salir a la calle, pues de repente puede caer el "chaparrón", allá los enfermos emos, punks, góticos y demás desgraciados (no estoy en contra de ellos pero tampoco pertenezco a ninguno, jajajajaja) pero el que yo ande medio depresivo al ver que va a llover es por motivo que nunca me ha gustado ver el día oscuro (y que tampoco me gusta mojarme y andar por la calle como gato remojado).

Pero más allá de la imagen de un día empañado por la lluvia, también es un momento de reflexión, es algo que le hace sentir a mucha gente como alivio y a la vez temor (no me refiero al temor de los que viven en algún rancho de Caracas a punto de caerse), una sensación indescriptible que te lleva a pensar cuan insignificante eres ante la naturaleza, la lluvia, incontrolable por el ser humano (aunque los indígenas digan lo contrario).

Tomando en cuenta todo lo dicho, la lluvia se llega a comparar con nuestros pensamientos, a veces tan vagos, a veces tan recios, motivos de alivios y temores. La diferencia está en que los pensamientos si pueden ser controlados por la inteligencia, Pero... ¿qué hay de los que no los quieren controlar? Ignorantes todos!

Acto III - El dulce calor del Sol
Llega la mañana, después de un día lluvioso y un trasnocho, donde encontramos el dulce calor del sol por la mañana, los sueños fueron tiernos tranquilizantes que hacen que cualquiera se sienta aliviado.

Al final....
... Hoy gané 30 minutos, los cuales ya gasté bañándome.

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