martes, 13 de febrero de 2007

El ticket de Metro y el hambre

El domingo 11, fui a presentar una prueba de admisión en una reconocida Universidad de Caracas, desde un día antes empieza el pánico por tal prueba, no duermo bien la noche del sábado, y me levanto de la cama como nunca, parecía que me habían dado cafeína pura, ya terminaba de agarrar mis cosas cuando mi hermano ofrece llevarme en su carro, yo felíz con tal de no aguantarme el Metro.

El exámen terminó, a eso de las 2 aproximadamente si no me equivoco, salgo corriendo de allí a ver en donde puedo comer. las instalaciones de la Universidad son algo extensas (y confusas) y realmente nunca había ido, por lo tanto yo con mi manía de salir corriendo y salir de ese amontonamiento de gente que estaba en los edificios donde se presentaba la prueba, me fuí a un lugar, nunca supe donde, pero empecé a darme cuenta que por allí no debía ser, pregunté a alguien de vigilancia, y en efecto, la entrada al sistema de trenes me quedaba al otro lado del extenso pasillo que acababa de caminar.

Me meto en la estación de Metro, y saco mis dos tickets azules (estudiantiles) y... sorpresa! ninguno sirve; me dirijo a la caseta donde una muchacha con cara de cañón me quita ambos tickets y el carnet correspondiente, luego me los devuelve con la respuesta mas idiota: "cambielos donde los compró, porque están dañados", ajá y ¿cómo hago en este momento? "haga la cola" -me respondió-. La cola era super larga y daba vueltas por toda la estación, por lo que decidí salir y buscar alguna cosa de comida cerca.

La búsqueda de "una cosa de comida" terminó en vano, me di cuenta cunado ya había caminado unas tres cuadras bastante amargado, tenía de una manera exagerada HAMBRE y eran las 3 de la tarde, en cuanto ví una parada de camionetas, pido saber hacia donde agarro un transporte que me llegue a chacaito, por lo tanto me señalan que cruzara la calle. Esperé y agarré una camioneta cómoda (muy raro eso) que iba hacia el Centro Comercial El Recreo (cambié de parecer sobre mi lugar de destino) me dejó en todo el frente del bonito edificio y entré directo al McDonal's donde por fin comí!!!

Después de calmarme, por fin pude responder los mensajes q me habían legado al celular de una manera más amigable, pude contestar el de Angelica, quien había estado pendiente de mí desde el mediodía, hablé con mi familia y pude incluso mandarle un mensaje de saludo a Vane. Me siento culpable de no haber respondido el mensaje de Esperanza (por alguna razón se quedó de último en la bandeja de entrada) pero gracias por desearme éxitos.

Al final, resignado a comprar un ticket para viajar, en una estación no muy congestionada, pude irme a mi casa, donde me recosté para ver dos películas muy buenas dirigidas por Tim Burton.

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